El Viejo y el Mar por Albert.
Si quieres encontrarte en una barca a vela y remos, en el
Caribe cerca de la isla de Cuba, sintiéndote viejo bajo un tórrido sol,
intentándote pescar algo para ganarte la
vida.
Estar varias horas pacientemente sin pescar nada, empleando
todos tus recursos, sin obtener recompensa, pero sin perder la
esperanza.
La mar que es como la llaman los marineros, como a una
mujer.
Por fin notas en tus manos desnudas que algo ha picado, un
pez, pero de una fuerza descomunal.
Te da un vuelco el corazón. Tiras hacia ti pero notas que es más grande de lo que esperabas
en el primer momento, tiras y aflojas, tus dedos están
doloridos por el sedal, pero tu sigues tirando y aflojando durante horas y
horas.
Estás, a pesar del dolor, contento, pero es muy grande la
fuerza que tienes que hacer, notas que las fuerzas no te abandonan.
Sientes que necesitas alimentarte sujetas el sedal a la
barca e intentas con otro anzuelo probar de pescar algo más pequeño, pescas y
lo cocinas, te lo comes, bebes un poco de agua.
Luego vuelves a coger el sedal del pez grande y notas que lo
que has pescado sigue tirando muy fuerte.
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